Pueblos de Babia

Genestosa

Altitud: 1.340 m

Coordenadas gps: 43.0050598,-6.0105673

Genestosa

Pueblo con encanto y resguardado por Regañón de los vientos del Norte, con una magnífica vista a la cara oeste del Macizo de Ubiña. Llama la atención la solidez y belleza de las casonas construidas con la celebrada caliza roja babiana. Los Puertos de Triana, situados entre 1500 y 1800m son pastos comunales de gran calidad para vacas y yeguas.

Paseos:
Collado de la Fuente Fría
Siguiendo la pista que sale al Oeste del pueblo y a 5km, nos encontramos este collado que es la entrada a los pastos de Triana. Desde aquí hay un fácil acceso a la cara sur de Morro Negro, siendo de gran interés para esquiadores de montaña.
Genestosa – Torrestío
Genestosa – Candemuela
Son dos pistas que parten del pueblo con un desnivel bajo sobre el fondo del valle y siguiendo el borde del río.

Para ver en Genestosa:
Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, con su espadaña rematada por una preciosa cruz labrada.
Casonas de piedra caliza roja
Conserva dos grandes ruedas molares, indicio de alguna mahona.
Canales y molino harinero que fue importante en su tiempo ya que el canal que le proporciona fuerza motriz es de grandes dimensiones.
Innumerables fuentes como La Escuadrilla, El Carnero, Arroyo Oscura, Txontices…

Pachuezo se denomina popularmente el habla regional de Babia. Este núcleo dialectal se encuadra dentro del llamado leones occidental. Su característica mas acusada es la conservación de muchas formas, registradas ya en documentos del siglo X al XIII, y que se mantienen vivas, pronunciándose del mismo modo en que se grabaron en los tiempos del romance.

«…La veiga de xenestosa principia un poucu más allá de kandemwela y se retira pa la izquierda al son del ríu. El ríu de xenestosa yía anchu y claru ya está poucu fondu; nus remansus que se fain lus puertus de regar está serenina el agua ya parez que nun se mueve. Burdéanlu choupus verdes, dreitus ya salgueirus grises. La veiga de este ríu llámase la urgéra. Al final de esa está el pueblu agarrau a la falda de unos picus muy altus de saderas muy pendientes.»

(de » El habla de Babia y Laciana» de Guzman Alvarez)